No, no es un simulacro, realmente está pasando. Después de casi un año sin publicar nada vuelvo a aparecer por acá.
No les voy a mentir, se siente raro. No sé por qué, pero en algún momento del año pasado empezó a costarme escribir reseñas. No sabía qué decir, o no me salían las palabras, o simplemente no tenía ganas de hacerlo. Incluso sopesé varias veces la idea de cerrar de una vez este antro y dedicarme únicamente a bookstagram. Pero vieron que uno se apega a estas cosas y después de tanto tiempo y tantas horas de trabajo dedicadas a este humilde espacio, me daba pena abandonarlo. No les puedo decir que esta sea la primera de muchas nuevas reseñas, ni que vaya a publicar con regularidad, ni nada de eso, porque estaría mintiendo descaradamente. Me conozco, y no funciono así. ¿Volveré a subir reseñas? Puede ser. ¿Voy a postear con más frecuencia? Podría intentarlo, pero no lo sé. ¿Agregaré contenido nuevo al blog además de reseñas? Bueno, basta, no me presionen.
En fin, eso. Que volví, o quiero volver. Voy a tratar de acomodar algunas cosas y sacarle el polvo a otras, para que este antro quede medianamente habitable y puedan pasar a leer cuando gusten.
Ahora sí, LA RESEÑA.
Sinopsis: “Un grupo de niños encuentra un cadáver flotando en las aguas turbias de un canal de riego cercano a la ranchería de La Matosa. El cuerpo resulta ser de la Bruja, una mujer que heredó dicho oficio de su madre fallecida, y a quien los pobladores de esa zona rural respetaban y temían.
Tras el macabro hallazgo, las sospechas y habladurías recaerán sobre un grupo de muchachos del pueblo, a quienes días antes una vecina vio mientras huían de casa de la hechicera, cargando lo que parecía ser un cuerpo inerte.
A partir de ahí, los personajes involucrados en el crimen nos contarán su historia mientras los lectores nos sumergimos en la vida de este lugar acosado por la miseria y el abandono, y donde convergen la violencia del erotismo más oscuro y las sórdidas relaciones de poder. Con un ritmo y un lenguaje magistrales, Fernanda Melchor explora en esta obra las sinrazones que subyacen a los actos más desesperados de barbarie pasional. Una novela cruda y desgarradora en la que el lector quedará envuelto, atrapado por las palabras y la atmósfera de terrible, aunque gozosa, fatalidad”.
Hace tiempo vi que varias personas habían leído este libro y lo recomendaban, así que me propuse leerlo incluso sin tener mucha idea de la trama ni nada. Vaya sorpresa. Temporada de huracanes no era de ninguna forma lo que yo esperaba.
[…] y con la esquina del rebozo se limpiaban la cara que de todos modos se cubrían al salir de la cocina de la Bruja, porque no fuera a ser que luego dijeran, una nunca sabía, con lo chismosa que era la gente del pueblo, de que una iba con la Bruja porque se tramaba una venganza contra alguien, una venganza contra la cusca que andaba sonsacando al marido, porque no faltaba la que inventaba falsos cuando una inocentemente lo que nomás andaba buscando era un remedio para el empacho deste pinche chamaco atascado que se zampó solito un kilo de papas, o un té que sirviera para espantarse el cansancio o una pomada para los desarreglos del vientre […].
Empezar a leer esta novela fue como recibir una cachetada en plena cara. Me sorprendió desde el primer momento la prosa avasallante y rabiosa de la autora, el estilo directo y coloquial que eligió para contar esta historia. El ritmo desbocado de la narración parece arrastrar al lector por las páginas. Hay pocas pausas y las ideas se van conectando unas con otras de manera muy rápida, al punto de que llega un momento en que uno no sabe exactamente cómo terminó ahí. Me encantó también el lenguaje grosero que abunda en cada oración y que, según tengo entendido, refleja la forma de hablar de los habitantes de cierta parte de México. Expresiones como “cabrona”, “culero”, “chingada”, “puta”, “choto”, entre otras, se repiten hasta el cansancio a lo largo de todo el libro aunque, más que incomodar, aportan un toque más realista y representativo del ambiente en que se desarrolla la historia.
La novela comienza contando cómo un grupo de niños descubre el cadáver de la Bruja, una misteriosa mujer que vivía en una precaria choza apartada del pueblo. Sin embargo, aunque uno puede pensar que todo el libro se desarrollará en torno a este estrafalario personaje y las circunstancias de su muerte, lo cierto es que la historia toma otro rumbo y se propone construir un retrato de otro personaje, quizás aun más complejo que la propia Bruja. Este personaje es al que apodan el Luismi, un muchacho sin trabajo ni estudio que se pasa los días y las noches tomando alcohol, drogándose y frecuentando las fiestas que se organizan en casa de la Bruja.
Pero la autora no nos presenta a este personaje de forma directa, siguiendo sus pasos y contándonos su historia. En cambio, utiliza a otros personajes con los que, desde su perspectiva y su relación con el Luismi, va construyendo un marco en el que poco a poco vamos conociendo a este personaje y, al mismo tiempo, los acontecimientos que derivaron en el asesinato de la Bruja. Me gustó mucho la forma que eligió la autora para contarnos la historia de Luismi, porque creo que es más enriquecedor descubrirlo desde la perspectiva de estos otros personajes que tienen diferentes opiniones sobre él. De esta forma es como si uno fuera construyendo al Luismi relato a relato, superponiendo capas sesgadas de opiniones subjetivas. Entonces, ¿podemos conocer realmente al personaje basándonos en las opiniones de otros? Probablemente no, pero eso hace todavía más interesante la lectura.
Más allá del ritmo atrapante y los personajes interesantes, Temporada de huracanes es, sobre todo, un libro sobre la violencia. En más de una ocasión se me erizó la piel cuando se narraban, con una perturbadora naturalidad, escenas de violaciones, abuso de menores y todo tipo de situaciones escalofriantes y violentas. Lo que me llamó la atención, más que la negatividad y brutalidad de estas escenas, es el modo en que la autora explora la violencia en sus diversas formas y logra extraer cierto erotismo, cierta belleza y hasta poesía de toda esa barbarie y desolación. El machismo fuertemente arraigado en un pueblo rural, atrasado social y culturalmente, es el combustible y la chispa de prácticamente toda la violencia retratada en esta novela. Misoginia, abuso de menores, trata de personas, violaciones, homofobia, todo alimentado por ese machismo repugnante que chorrea desde las páginas del libro. Pero incluso con respecto al machismo es interesante la forma en que Melchor lo explora, haciendo a algunos personajes hombres no solo culpables sino también víctimas del machismo y su concepto cisheteropatriarcal de la masculinidad. Es esa presión de la sociedad machista la que los lleva a tomar medidas desesperadas y cometer actos violentos.
[…] porque dicen que eso es lo que le hacen esos cabrones a las pobres muchachas que raptan de camino a la frontera: que las ponen a trabajar en los puteros como esclavas y que cuando dejan de servir para la cogedera, las matan como a los borregos, igual que en el video, y las hacen cachitos y venden su carne a las fondas de la carretera como si fuera de animal fino para hacer los tamales famosos en la región […].
Para ir resumiendo, Temporada de huracanes es una novela magistral, narrada con un lenguaje y un ritmo atrapantes y que explora de formas interesantes la violencia cíclica generada en una sociedad marcada por la miseria y el machismo. Una historia crudísima y al mismo tiempo hermosa y poética que no deja indiferente. Lo recomiendo mucho. Sé que recién estamos empezando el 2020, pero yo ya tengo el primer candidato para el top de mejores lecturas de este año.
PD: Muchas gracias a Me gusta leer Uruguay por mi ejemplar 🙂
La quiero leer! Estará en formato digital?
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¡Sí! Está en formato eBook y audiolibro 😊
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Hola Santi! Hace tiempo que leí tu reseña pero desde el cel no logro comentar, hoy aproveché para releer tu reseña y escribirte. ¡Qué libro! Unas ganas de releerlo, se me llena el pecho de orgullo haber puesto en lugar de privilegio a las mujeres en mis estanterías y poder encontrarme con estas autoras que dan ganas de leerlas una y otra vez. Si de mexicanas hablamos te recomiendo “Casas vacías” de Brenda Navarro, lo leí en digital porque así lo disponibilizó la autora, si te interesa avisame.
Qué bueno que hayas regresado con este libro.
Besos
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¡Hola, Lau! Muchas gracias por tu comentario 😊 La verdad a mí también me alegra haber vuelto con este tremendo libro.
Y bueno, ya te hice caso con Temporada de huracanes y fue un éxito, por supuesto que voy a escuchar tu recomendación y leer Casas vacías.
¡Besote!
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