Lector de mil historias

#HelenThursday – Reseña: Secretos en la Posada Vieja – Helen Velando

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¡Hola lectores! Hoy vengo a hablarles (como dice el título de la entrada) del libro Secretos en la posada Vieja, de la uruguaya Helen Velando.

Sinopsis: “Personajes reales e irreales conviven en esta novela creando un universo nuevo, colmado de poesía y misticismo, donde los sueños cumplen un papel fundamental. Tres adolescentes deciden pasar la última noche de sus vacaciones en la Posada Vieja. Nadie en el pueblo quiere hablar de ese misterioso lugar que fue abandonado hace mucho tiempo por sus dueños, así que deben hacerlo a escondidas. Esa noche será inolvidablepara los tres, conocerán los secretos que guarda esa casa fantasmal, y ya nada será lo mismo, su forma de ver la vida cambiará para siempre”.



Me llevé dos sorpresas cuando empecé a leer este libro. La primera fue que no me gustaba nada, y la segunda fue que me encantó. Pero vayamos por parte.
La historia comienza con tres amigos que están pasando las vacaciones en un pueblito costero. Los tres se conocieron ese mismo verano y se hicieron muy amigos, y para su última noche en el pueblo deciden hacer algo especial. No se les ocurre mejor idea que pasar la noche en la Posada Vieja, un antiguo caserón ubicado sobre un promontorio rocoso junto al mar, cerca del pueblo, que ha permanecido abandonado por años y sobre el que existen diversos rumores y leyendas.
Helen Velando

Hasta acá todo mal.

No sé, por primera vez no me gustó el estilo de la autora. No reconocí su escritura, la sentí muy diferente a la Helen de ahora, y eso que el libro es del 2012. Pero bueno, yo solo les cuento lo que me pasó al leer.

Como era de esperar, cuando estos tres amigos entran en el antiguo edificio para pasar la noche, empiezan a ocurrir cosas extrañas e inexplicables, y (de alguna forma extraña que no queda muy bien explicada en la novela) son testigos de la historia de la posada, su dueño y los peculiares personajes que allí se hospedaron.

Y he aquí la segunda sorpresa.

Luego de esa (innecesaria y fea) introducción, nos sumergimos propiamente en los “secretos de la Posada Vieja”, y mi sorpresa fue que esta historia se ambienta en el mismo universo de realismo mágico que ya había leído en La isla de los vientos prohibidos. Es recién a partir de este momento que el libro cobra vida y que empiezo a reconocer a Helen tras las páginas. Es el mismo estilo, con la misma delicadeza y profundidad de la Helen que estoy acostumbrado a leer. Y me encanta.

La historia de la Posada Vieja empieza con la historia de su dueño, Marcelius Petraveccia, que nació en una casa tan grande y con tantos cuartos que sus habitantes podían perderse y pasar meses sin encontrarse. Marcelius desde chico tenía una obsesión con los números y las matemáticas, y con el tiempo desarrolló en su interior un gran deseo: contar todas las gotas de agua que hay en el mar. Ese deseo lo llevó lejos de su casa, por muchos lugares diferentes, hasta aquel promontorio rocoso donde decidió construir su hogar y negocio, además del sitio desde donde poder dedicarse a su obsesión. La historia de la Posada Vieja está llena de personajes peculiares, excéntricos e increíbles, y situaciones igualmente insólitas. Pero más allá de esto, lo que hace adictivo al libro es la narrativa y el estilo de Helen Velando. La autora elige de forma precisa sus palabras, y con una prosa profunda y delicada construye una hermosa historia sobre los anhelos y el valor de arriesgarse y salir a perseguirlos.

Los personajes de este libro son todos muy entrañables, resulta muy fácil encariñarse con ellos y luego duele verlos partir. Me gustó que más allá de las cosas que le ocurrían a Marcelino, cada vez que se introducía un nuevo personaje se nos contaba su historia personal y los acontecimientos que lo habían llevado a parar a la posada. Esto le da más profundidad a los personajes y hace que sea más fácil empatizar con ellos. De todos los huéspedes que ocuparon habitaciones en la Posada Vieja, mis favoritos sin lugar a dudas fueron los Pinkerton, ella una experta del té y las hierbas medicinales, y él un apasionado por los insectos. Me parecieron súper lindos y me encantó su historia de amor.

Otra cosa que me gustó mucho fue encontrarme con referencias a lugares y personajes que conocí cuando leí La isla de los vientos prohibidos. En varios momentos de esta novela se nombró dicha isla, y hasta aparece un personaje ya conocido: Alendur el Grande, un hombre enorme y de tez morena que vende las cosas más diversas y curiosas en su carromato, con el que viaja de un pueblo a otro sin rumbo fijo ya que es muy desmemoriado y son sus caballos quienes dirigen la marcha. Me encantó volver a ver a este personaje tan particular y que se ganó mi cariño en el otro libro.

Sobre el final del libro, cuando termina la historia de Marcelius y su posada, volvemos a encontrarnos con los tres amigos del principio, que se despiertan por la mañana y las cosas que vivieron (¿o vieron?) los cambiaron para siempre. Definitivamente yo habría eliminado sin remordimiento la primera y la última parte, porque la historia de estos amigos no tiene absolutamente nada que ver con el resto del libro, y tampoco tiene una importancia sustancial que justifique su presencia. Por si sola la historia de la pos
ada es hermosa y más que suficiente para un libro. Además queda fuera de sintonía con respecto a los otros dos libros ambientados en este mundo. Pero bueno, dejando de lado ese detalle, el libro es HERMOSO y se lo recomiendo tanto como La isla de los vientos prohibidos (reseña acá) y La trapecista solitaria (este todavía no lo leo pero intuyo que también me va a encantar).

Cambio y fuera.

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