Lector de mil historias

Reseña: Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo – Benjamin Alire Sáenz

Anuncios

¡Hola lectores! Hoy vengo a hablarles de lo último que leí (y que por cierto me hizo llorar como condenado). Se trata de “Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo”, de Benjamin Alire Sáenz. Sip, un título largo, pero con mucho sentido en la historia.

Sinopsis: “Aristóteles es introvertido y tímido. Dante es transparente y expresivo. Por motivos que parecen escapar a toda razón, estos dos chicos de diecisiete años se encuentran y construyen una amistad entrañable que les permitirá redefinir el mundo del otro y aprender a creer en ellos mismos para descubrir los secretos del universo. El escritor multipremiado, Benjamín Alire Saenz, explora la lealtad y la confianza entre dos jóvenes que están aprendiendo a ser adultos en un escenario fronterizo tan mexicano como estadounidense. Juntos deberán crecer al mismo tiempo en que se adaptan a una sociedad que también está en permanente búsqueda de su identidad.”

Y como me pasa siempre que un libro me gusta mucho, no sé cómo reseñarlo. Siento que hay tanto por decir que no me salen las palabras exactas para expresarlo.
Tengo que reconocer que al principio me pareció un poco monótona la historia, era algo lenta y no terminaba de simpatizar con el protagonista, Ari. Él es un adolescente de quince años y tiene demasiadas cosas en su cabeza. Por eso al principio cuesta un poco engancharse con la historia y entender al protagonista. Los capítulos son una serie de largas, profundas y a veces cansadoras reflexiones que hacen que el lector esté un poco desorientado con respecto a Ari.

Pero al ir avanzando en la historia, conociendo más a los personajes y el entorno en que vive el protagonista, uno empieza a entenderlo a él y a sus reflexiones y pensamientos. Al igual que todo adolescente, Ari tiene las mismas preocupaciones y complejos típicos de la edad, pero a eso se suman problemas y secretos familiares, la falta de identidad, entre otras cosas. Es un chico muy reservado, antisocial, insatisfecho con su propia imagen. Pero luego conoce a Dante, un adolescente muy parecido a él y muy diferente al mismo tiempo. Dante es más confiado, decidido, sociable, culto, fiel a sus propias convicciones. Pero también tiene sus problemas y preocupaciones, como la falta de identidad al sentir que no encaja con el estereotipo de adolescente mexicano.


“El problema con mi vida era que se le había ocurrido a alguien más”

Benjamin Alire Sáenz

Me encantaron los personajes, me gustó el hecho de que me costara encariñarme con Ari, y me pareció excelente que la historia estuviera narrada en primera persona, porque así el lector tiene mucha más intimidad con el personaje y presencia todos y cada uno de sus pensamientos y sensaciones, incluso hasta los más confusos y contradictorios. Eso fue algo que me gustó muchísimo, uno podía casi palpar la confusión y las preocupaciones de Ari, sus emociones eran muy reales. Por momentos amaba y por momentos odiaba y otras veces solo se sentía triste, y todo estaba perfectamente expresado en palabras, reflejando acertadamente la maraña de sentimientos que atormentan la mente de un adolescente. Y creo que por eso es que cuesta un poco simpatizar con el personaje y entender la historia en los primeros capítulos. No estamos leyendo una historia contada por Ari, estamos dentro de su cabeza y lo que leemos son sus más profundos, curiosos y a veces contradictorios pensamientos. Solo cuando el lector entiende esto puede realmente seguirle el ritmo a la narración y empezar a comprender y a identificarse con el protagonista.

Lo único que me rechinó un poco es la desmesurada cantidad de diálogos “ingeniosos” entre ellos. No sé, creo que estoy un poco cansado de estos personajes jóvenes o adolescentes que tienen tantas conversaciones profundas y cuestionamientos filosóficos y retrucan con frases ingeniosas. Basta. Es una epidemia de sabelotodos, de “únicos y diferentes”. A ver, no tengo nada en contra de estos personajes, es más, me gustan mucho y en ocasiones me siento identificado con ellos, pero llega un momento en que aburren. Ustedes dirán que la culpa es mía por leer libros con estos personajes y tienen razón, pero creo que últimamente la literatura juvenil se pobló de Augustus Waters llenos de frases ingeniosas y pasatiempos originales como leer poesía, observar las estrellas o escuchar viejos vinilos.

Otra cosa que me gustó mucho es la relación entre los personajes y sus padres. Las relaciones familiares son un tema central en la historia. La familia de Ari es diferente a la de Dante en cuanto a cultura, costumbres, comunicación y hasta en demostraciones de afecto. Pero también tienen cosas en común. Como el amor que sienten los padres por sus hijos y la forma en que intentan protegerlos o a veces “sobreprotegerlos”. Me gustó que en una época de protagonistas desarraigados y sin vínculos familiares (muchas veces los padres se mueren, o los abandonan, o simplemente no participan de la historia), el autor rescatara el valor de la familia como apoyo y su importancia en el proceso de maduración de las personas, más allá de los problemas que pueda haber, porque no existen familias perfectas. Otra cosa que me gustó fue el tema de cómo vemos los hijos a nuestros padres. Estamos acostumbrados a verlos como padres, pero no como personas iguales a nosotros. Una frase que me quedó grabada fue la siguiente:

“Esa fue la primera vez que yo había visto a mi madre como una persona. Una persona que era mucho más que solo mi madre. Era raro pensar en ella de otra manera.”

En resumen, es una novela espectacular llena de frases y reflexiones profundas, con personajes sólidos e intensos, una historia cautivadora con ritmo ágil y constante, con una portada hermosa, y lejos de ser una novela puramente LGBT, esta es una historia de amistad, amor, maduración y autodescubrimient
o. Como bien lo indica el título, los protagonistas intentan descubrir los secretos del universo, pero no tiene nada que ver con física cuántica ni con la ciencia en general, sino que intentan descubrir los secretos de su propio universo, lo que es una clara referencia al proceso de maduración que atraviesan los personajes en la historia. Aunque el final me dejó con gusto a poco (esperaba algo más), disfruté muchísimo esta novela y la recomiendo cien por ciento.


“Me pregunté cómo era eso, tomar la mano de alguien. Apuesto que puedes encontrar todos los misterios del universo en la mano de alguien.”


Anuncios

Anuncios